¡Y llegaron los 30!

 

Durante mucho tiempo creí que mi vida debía ocurrir de cierta y determinada manera, por la edad que tenía y en algún lugar en específico donde debía estar. Muchas veces me comparaba con mis amigas y con personas que conocía, y veía todo lo que ellas estaban haciendo y habían conseguido a mi edad y siempre me cuestionaba por qué en mi vida siempre ocurría al revés o en un orden diferente y no como “debía ser”. 

Llegué a pensar que mi vida era un “TO-DO LIST” o una lista de super mercado, y caí en la trampa de hacer una lista de acuerdo a lo que “debía ser”, empezando por que me debía graduar de la universidad a las 23 máximo 24 años para poder hacer enseguida mi maestría, tener un super trabajo, para llegar finalmente a los 30 años graduada, con maestría, trabajo, casada y por lo menos un hijo en camino. Esa era mi percepción cuando tenía 17 años recién graduada del colegio y guiada por lo que dictaba la sociedad y lo que se supone es “normal” para nuestras vidas. 

Y llegaron los famosos 30 años, pero nada era como lo había enumerado en mí lista, de hecho, era el momento de mi vida en el que todo estaba más “desorganizado” pero curiosamente era más feliz. No tenía trabajo, tenía 4 meses de haber llegado a un nuevo país, sin pareja a la vista, hijos menos, y la maestría no era algo que se pudiera materializar, pero había un hermoso proyecto de emprendimiento que no estaba incluido mi “lista” y era una las razones para estar tan feliz. Aproveche este cumpleaños, para hacer un auto examen a todo lo que había vivido durante esos 30 años, primero me centre en lo “malo” y encontré muchas cosas de las cuales me arrepentía, me cuestionaba, me regañaba me daba durísimo y no le encontraba respuesta al “por qué”, así que me centre en el “para qué” de esos “malos” momentos y su propósito en mi vida. Comencé a apreciar lo vivido, a ser consciente que las cosas ocurren en el momento que tiene que ser, en MI momento, y me sentí feliz, feliz de mi cumpleaños número 30, sin trabajo, sin esposo, sin hijo, sin maestría, pero FELIZ y orgullosa de mí misma y del proyecto que había iniciado. Vi esos 30 años como un nuevo comienzo, una nueva etapa de renacer de reinventarme de valorarme, una oportunidad de empezar de cero; de ver que mis errores no determinan quien soy ni lo que valgo y de reafirmarme que los comentarios malintencionados siempre van a estar ahí, pero depende de mí que estos me afecten y me frenen en mi aventura de alcanzar mis metas y buscar mi felicidad.

La vida es muy sabia y siempre nos sorprende; viviendo las cosas en el momento que tiene que ser para nosotros, en el momento perfecto NO planeado, ni mucho menos en el que creemos que “DEBE ser”. Para mi es crucial recordar que TODAS SOMOS PERFECTAMENTE DIFERENTES y la manera de vivir tu vida no es ni será igual a la de tu mejor amiga o la de tu vecina; ni mucho menos es una lista enumerada que vamos tachando a medida que vamos alcanzando esas “metas” que ha establecido la sociedad. 



La magia comienza a ocurrir cuando estamos abiertas a nuevos cambios a cosas que se van dando no por la edad que tienes, sino por el momento que estas atravesando en tu vida. En este momento puedes creer que estás viviendo la “peor” etapa, pero siempre ten presente que todo tiene su razón de ser: ese error que cometiste, esa persona que llego a restar a tu vida, una mala elección de trabajo, un divorcio TODO tiene su razón de ser. Búscale el lado positivo, sácale provecho a todo lo vivido para aprender la lección, sacudirte lo malo y lo más importante levantarte para seguir adelante en este viaje que llamamos VIDA.

Y en este viaje puedes seguir avanzando cuando te das cuenta de lo valiosa que eres, cuando eres consciente que tu vida no es un “TO-DO List”, cuando sabes que los años y lo que has logrado a cierta edad, no determinan tu felicidad, si no por el contrario el vivir intensamente cada minuto de tu vida, el vivir un día la vez; cuando el determinante no es tu edad si tu forma de vivir esta aventura: AMATE, VALORORATE VIVE INTENSAMENTE, es tu vida y solo tú tienes que vivirla y opinar sobre ella.